jueves, 13 de noviembre de 2025

Luis Cosón, breves apuntes biográficos de un pintor flamenco en el área entre Toledo y Talavera

 

Detalle de un personaje del Catafalco
de la Torre de Esteban Hambrán
Luis Cosón - 1753

Poco se conoce sobre la figura del pintor Luis Cosón, cuya vida y obra han sido parcialmente reconstruidas gracias a las investigaciones del historiador y académico Jesús Gómez Jara,[1] fallecido en agosto de 2025. A partir de sus trabajos, y de los aportes que hemos hecho otros muchos investigadores locales, ha sido posible elaborar una breve biografía del artista, así como documentar con mayor amplitud el ámbito geográfico en el que desarrolló su actividad.

Ninguna de las obras conservadas atribuidas a Luis Cosón se encuentra firmada, por lo que su autoría se ha establecido a partir de documentos parroquiales —como los libros de fábrica—, contratos notariales, y análisis estilísticos comparativos.

La primera obra documentada de Cosón data de 1736 en Santa Olalla, la cúpula de la Capilla del Cristo de la Caridad,[2] localidad a la que regresó en 1746 para elaborar otras tres obras; su obra muchas veces pintura mural, decorativa y de gran tamaño va a ser de un claro estilo barroco-rococó.

En todas las referencias aparece mencionado como “maestro pintor y dorador de Cebolla”, aunque en esta villa no se ha encontrado su nombre en ninguna fuente documental.

Su actividad se ha localizado en diversas poblaciones toledanas, la mayoría cercanas a la villa donde habitaba; encontramos obra suya en Cebolla, Santa Olalla (1736), Almorox, Carriches, Domingo Pérez (1746), Erustes, La Mata, Méntrida, Torre de Esteban Hambran (1753) y La Puebla de Montalbán (1757).

Asimismo, en 1747, un contrato conservado en la parroquia de Gavilanes (Ávila) menciona a Luis Cosón, “de nación flamenca”,[3] encargado de realizar un retablo, lo que ofrece una valiosa pista sobre su posible origen o ascendencia. Ya Gómez Jara, sospechaba que fuera francés, y se llamase “Louis Cousín”, que su nombre hubiera sido castellanizado, cosa que sigue resultando probable como flamenco francófono.

En años posteriores aparece otro artista del mismo apellido, Antonio Cosón, que podría ser hijo del maestro. En 1778 trabaja en un altar en Cebolla, figurando ya como vecino de La Pueblanueva, y en 1780 realiza un plano de heredades en el entorno de Talavera.

El apellido Cosón, muy poco frecuente, vuelve a encontrarse en las mismas décadas finales del siglo XVIII en Carriches, asociado a personas procedentes del despoblado de Mañosa, en el término de Cebolla.



[1] GÓMEZ JARA, Jesús: El ciclo de la Navidad en las pinturas murales de la ermita de Ntra. Sra. de la Antigua y San Illán de Cebolla (Toledo). (Diputación de Toledo. Toledo, 2008).

[2] LÓPEZ MUÑOZ, Josué: Retazos Eulalienses, una selección de artículos del Blog Eulaliense sobre la villa de Santa Olalla. (Eulaliense. Graficas Lagomar. Santa Olalla, 2023). Pág. 217.  

[3] El primer apunte a esta importante aportación lo hizo el investigador Roberto Félix García.

Plano de heredades en el entorno de Talavera
Antonio Cosón - 1780

lunes, 10 de noviembre de 2025

Leocadia Muñoz de la Casa, la primera mujer que encabezó una lista electoral a las Cortes en la provincia de Toledo

 

Leocadia Muñoz de la Casa nació en Santa Olalla el 19 de enero de 1910.[1] Siendo niña se trasladó a Talavera de la Reina. Desde muy joven mostró una notable vocación por el estudio y el servicio público, dedicando sus primeros años adultos a preparar oposiciones con la determinación de convertirse en funcionaria del Estado.

Su carrera administrativa comenzó pronto. El 4 de febrero de 1930 fue admitida en el Cuerpo de Auxiliares de la Hacienda Pública, y poco después, el 25 de marzo de 1931, obtuvo una plaza como Auxiliar mecanógrafa de primera en el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Perseverante, continuó presentándose a distintas oposiciones, y el 18 de enero de 1933 aprobó con un cinco el primer ejercicio de mecanografía para el Cuerpo de Auxiliares de Administración Civil de Agricultura y Comercio.

En aquellos mismos años, la vida de Leocadia dio un giro trágico y decisivo. El 13 de julio de 1933, una huelga general sacudió Talavera de la Reina tras el asesinato de su hermano, el abogado Enrique Muñoz de la Casa, oficial de la Agrupación de Jurados Mixtos y miembro de la Unión General de Trabajadores (UGT). La prensa conservadora, como La Época, relató que el autor del crimen, Fernando Ruiz Tordesillas, era representante de los intereses de la patronal agraria y que el enfrentamiento se había originado en el bar Lion d’Or, en la plaza del Reloj de Talavera, donde, armado, acabó con la vida de Enrique, que era miembro de UGT y afiliado a la AS de Talavera de la Reina, representó a la AS de Santa Olalla en el XIII Congreso del PSOE en 1932.

El suceso conmocionó a la ciudad y convirtió a Leocadia en una figura de referencia dentro del movimiento socialista. Fue entonces cuando el Partido Socialista le propuso encabezar la lista al Congreso de los Diputados por la provincia de Toledo en las elecciones de noviembre de 1933,[2] convirtiéndose así en la primera mujer que lideró una candidatura parlamentaria en la provincia.

Aquellas elecciones fueron históricas: por primera vez votaban las mujeres españolas, y en la provincia de Toledo lo hicieron 137.993 mujeres frente a 134.654 hombres. La candidatura de Leocadia obtuvo 42.930 votos, situándose en quinto lugar, justo detrás de los socialistas Fermín Blázquez Nieto y Manuel Aguillaume, y de los republicanos José Castro Taboada y Santiago Muñoz Martínez. Aunque no consiguió escaño —la coalición de izquierdas solo logró dos de los diez que correspondían a Toledo—, su nombre quedó asociado para siempre a una gesta pionera en la participación política femenina.

Mujeres votando por primera vez en las elecciones de 1933

Leocadia continuó su carrera administrativa y, el 12 de enero de 1935, aprobó definitivamente la oposición al Cuerpo de Auxiliares de la Administración Civil del Estado. Sin embargo, la Guerra Civil y la posterior Ley de Responsabilidades Políticas truncaron su trayectoria. El 14 de marzo de 1939, la Subsecretaría de Industria y Comercio ordenó su baja de la lista de aspirantes con derecho a ingreso, privándola de su condición funcionarial.

Tras la guerra, Leocadia se exilió en Francia, donde estableció su residencia en Meyreuil (Bouches-du-Rhône). Allí vivió discretamente durante décadas, alejada de la vida pública. No sería hasta muchos años después, el 8 de febrero de 1980, cuando una orden ministerial reconociera su condición de funcionaria del Cuerpo General Administrativo de la Administración Civil del Estado, aunque solo de manera honorífica, dado que ya se encontraba en edad de jubilación. Aun así, el reconocimiento le permitió acceder a una pensión y a los derechos devengados de su antiguo cargo.

Leocadia Muñoz de la Casa falleció en Meyreuil el 19 de mayo del año 2000, a los noventa años de edad.



[1] GARCÍA MARTÍN, Francisco y GARCÍA GARCÍA-TAPETADO, Laura: Mujeres en la historia de Toledo; Biblioteca Añil Feminista. (Almud Ediciones de Castilla-La Mancha. Toledo, 2025). Pág. 252.

sábado, 1 de noviembre de 2025

Vitrina Cero - Fíbula romana


Fíbula romana

Fíbula de arco con charnela, el arco arranca de un cuerpo rectangular. Puente peraltado de forma semiesférica y pie largo. De bronce fundido. Aguja del mismo material. Eran usadas para abrochar las túnicas y otras prendas.

Número de inventario: SO/44/C

Datación: Siglo I-II

Contexto histórico: Etapa romana

Materia: Bronce

Técnica: Fundido

Origen: Colección González-Castrejón

Bibliografía: Josué López Muñoz y Francisco Javier de Fuentes Fernández http://ceres.mcu

sábado, 11 de octubre de 2025

Cristo de la Vera Cruz, un crucificado barroco superviviente de una antigua cofradía santaolallera

 

La imagen del Cristo Crucificado que participa anualmente en la procesión del Jueves Santo en Santa Olalla y que actualmente se venera en la iglesia de San Julián, debe ser identificada como el Cristo de la Vera Cruz, dado que perteneció a la desaparecida Cofradía de la Vera Cruz. Esta cofradía, vinculada a la iglesia de San Pedro Apóstol, tenía su sede en la capilla del Hospital del Corpus Christi, donde permaneció esta imagen del Crucificado hasta mediados del siglo XX, colgada de una de las paredes laterales.

Se trata de una talla de madera policromada, de gran dramatismo, de estilo barroco y perteneciente a la escuela escultórica castellana del siglo XVII.

La escultura representa a Jesucristo crucificado con tres clavos, el cuerpo ligeramente inclinado hacia un lado y la cabeza caída hacia adelante, en clara alusión a su muerte. El rostro del Cristo combina la expresión de sufrimiento con un gesto de serenidad, los ojos cerrados y el cabello largo cayendo sobre los hombros. La cabeza está ceñida por una corona de espinas naturales.

El cuerpo del Cristo, de notable detalle anatómico, muestra los músculos bien definidos y las heridas en las manos, los pies y el costado derecho, así como en las rodillas, el hombro y la cabeza, éstas últimas consecuencia de la corona de espinas. Viste un paño de pureza de color blanco, sujeto a la cintura mediante una cuerda.

La cruz, de tipo arbóreo, presenta algunos brotes y, en su parte superior, un letrero en forma de pergamino con los extremos enrollados, donde figura la inscripción INRI, acrónimo de Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum (“Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos”).

Esta valiosa imagen fue objeto de una profunda restauración en el año 2000.

Los principales testimonios sobre la Cofradía de la Vera Cruz, de la cual esta imagen fue titular, se conservan en su libro de actas, que abarca el periodo comprendido entre 1722 y 1817.[1] Dicho documento incluye las ordenanzas, actas, cuentas, listados de cofrades y nombramientos de cargos. A través de este libro se sabe que la cofradía era la responsable de la organización de los actos del Jueves Santo en Santa Olalla.

Tras la desaparición de su cofradía original, la imagen del Cristo de la Vera Cruz ha continuado participando en las procesiones del Jueves Santo Eulaliense, y en los últimos años su salida procesional ha sido asumida por la Cofradía del Santo Sepulcro.



[1] ARCHIVO PARROQUIAL DE SANTA OLALLA: Libro de la Cofradía de la Vera Cruz de la Parroquia de San Pedro Apóstol, 73/APSO; (de 1722 a 1817).



Detalle del rostro

El Cristo de la Vera Cruz en la Procesión de la Pasión
del Jueves Santo Eulaliense de 2023


miércoles, 1 de octubre de 2025

Vitrina Cero - Mortero de piedra paleolítico

Mortero de piedra paleolítico

Pequeño mortero elaborado en piedra, de forma ovoide-circular. Perteneciente a las industrias líticas del paleolítico; herramientas líticas prehistóricas.

El vaciado interior presenta estrías concéntricas. Utilizado con un mazo (mano del mortero) con el que se golpeaba con sobre el cuenco para el machaqueo y molienda de materias como granos, semillas, hierbas o pigmentos.

Número de inventario: SO/40

Datación: Paleolítico

Contexto histórico: Pre-historia

Materia: Piedra

Técnica: Tallado y pulido

Origen: Colección González-Castrejón

Bibliografía: Josué López Muñoz y Francisco Javier de Fuentes Fernández http://ceres.mcu

domingo, 28 de septiembre de 2025

Dos platos de Talavera homenaje a Joselito

 

Platos de cerámica con caricaturas taurinas de Joselito - 1921

Han llegado a mis manos dos curiosos platos de temática taurina, que constituyen un singular homenaje a la figura del maestro Joselito: José Gómez Ortega, conocido como Joselito o Joselito el Gallo (Gelves, Sevilla, 8 de mayo de 1895 - Talavera de la Reina, 16 de mayo de 1920).

Estos platos se pintaron como recuerdo de la muerte del torero en la plaza de toros de Talavera de la Reina. Proceden del alfar de Emilio Niveiro, como se aprecia en el anagrama «E-N» que figura en los reversos, y fueron pintados por Eduardo Carrasco, quien los firma «E. Carrasco» en la parte delantera, al pie de cada dibujo.[1]

Firmas de la Fabrica de Emilio Niveiro Gil de Rozas

Tienen unas dimensiones de 26 cm de diámetro; en uno aparece el maestro en la suerte de banderillas, y en el otro se representa a Joselito tocando el cuerno del toro en uno de sus habituales desplantes.

La trágica muerte del “rey de los toreros” el 16 de mayo de 1920, en la plaza de toros de Talavera, dio lugar a la formación de un mito unido eternamente a “La Caprichosa”. Estos platos fueron el suvenir ofrecido a algunos de los participantes en la excursión que tuvo lugar el 1 de noviembre de 1921, con motivo de la inauguración de una lápida en la plaza de toros de Talavera de la Reina para perpetuar su recuerdo.

Con tal motivo se organizó una excursión en tren desde Madrid. Entre los visitantes se encontraban “D. Justo” —seudónimo de Isidoro Amorós-Manso, crítico taurino y director de la revista taurina The Times— y el también crítico taurino Eduardo Carrasco.

Un antecedente de estos platos es el publicado por la revista ilustrada Nuevo Mundo, que dedicó un amplio reportaje al torero en su número del 21 de mayo de 1920, justo después de su muerte. En el texto se indicaba que el plato reproducido había sido vidriado, poco antes del fallecimiento de Joselito, por el ceramista Enrique Guijo en los hornos de Niveiro.

Plato publicado en la Revista Nuevo Mundo - 1920

Parece improbable, sin embargo, que dicho plato fuera pintado por Guijo, a la vista de otras piezas suyas con representaciones taurinas.

Sí parece más evidente que los platos fueran pintados —o realizados a partir de dibujos suyos— por Eduardo Carrasco Jiménez, crítico taurino que desarrolló su actividad en Madrid. Natural de Calera y Chozas, mantenía una especial relación con Talavera, pues cubrió las crónicas taurinas de El Criterio, periódico dirigido por Ginestal entre 1904 y 1907. Además, era un buen dibujante y solía ilustrar muchas de sus crónicas con caricaturas y plumillas de su autoría.

jueves, 18 de septiembre de 2025

Un azulejo de 1892 de la Virgen de la Piedad, su representación en cerámica más antigua conocida

 

A veces, cuando creemos que todo está dicho sobre un tema, aparece una pieza que nos sorprende y nos abre nuevas preguntas. Eso es lo que me ha sucedido al descubrir un azulejo de cerámica de Talavera que, hasta donde sabemos, es el más antiguo con la representación de la Virgen de la Piedad, patrona de Santa Olalla.

Esta pequeña joya, de 20 por 20 centímetros, está esmaltada en blanco estannífero con decoración monocroma en negro manganeso. Una delicada greca de sencillos roleos enmarca la escena, mientras en la base descansa la peana del trono de la Virgen. El trono, el arco de rayos y la propia imagen están trazados con sencillez, casi con un aire infantil que, lejos de restarle valor, le otorga un encanto especial.

Un detalle particularmente curioso es un sudario que cubre el cuerpo de Cristo, un elemento que no aparece en ninguna otra representación conocida de la imagen de Santa Olalla, lo que convierte a esta pieza en un testimonio único.

En el centro de la peana se puede leer la inscripción: «Ntra. Sra. de la Piedad – Año de 1892».

Según me consta esta pieza no es única y existen varias versiones casi idénticas.

Por su fecha y estilo, todo apunta a que fue elaborado en la Fábrica de La Menora[1], un histórico taller alfarero de Talavera que tomó su nombre del apodo de su propietaria, Romualda Martínez, y que funcionó entre 1852 y 1905, primero bajo su dirección y la de su marido, y más tarde en manos de sus herederos.

Hoy, más de 130 años después, este azulejo no solo nos muestra una imagen devocional, sino que también nos conecta con la tradición alfarera de Talavera y con una forma de representar la fe que, en su sencillez, guarda todo el valor de lo auténtico.



[1] ATempora - Talavera de la Reina; Seis mil años de cerámica en Castilla-La Mancha. (Fundación Impulsa Castilla-La Mancha. Toledo, 2018).

domingo, 7 de septiembre de 2025

Vitrina Cero - Piedra de afilar paleolítica


Piedra de afilar paleolítica

Piedra de afilar con cinco acanaladuras correspondientes al desgaste sucesivo de instrumentos, principalmente de huesos u otras piedras. Perteneciente a las industrias líticas del paleolítico. Herramientas líticas prehistóricas.

La abrasión de las piezas se realiza mediante movimiento longitudinal bidireccional del punzón a afilar sobre las acanaladuras de piedra de afilar. Se han incorporado en este lote huesos para recrear su uso.

Número de inventario: SO/47

Datación: Paleolítico

Contexto histórico: Pre-historia

Materia: Piedra

Técnica: Tallado y pulido

Origen: Colección González-Castrejón

Bibliografía: Josué López Muñoz y Francisco Javier de Fuentes Fernández http://ceres.mcu

domingo, 10 de agosto de 2025

Clichés de las estampas de Santa Olalla, una colección de 5 placas de mediados del siglo XX


Colección de cliches de las estampas de Santa Olalla

En este artículo os quiero presentar una colección de cinco placas fotográficas de vidrio, también conocidas como clichés de cristal, que probablemente pertenecieron a algún laboratorio fotográfico o imprenta. Estas piezas eran utilizadas para la impresión de estampas, en este caso todas ellas dedicadas a devociones del pueblo de Santa Olalla (Toledo).

Las placas fotográficas de vidrio fueron una técnica muy utilizada desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Funcionaban como negativos: una capa de emulsión fotosensible (normalmente gelatina con sales de plata) se aplicaba sobre un soporte de vidrio. Al exponerla en una cámara, la imagen quedaba registrada en negativo y, posteriormente, ese negativo se empleaba para realizar copias en papel.

Nuestra colección reúne tres de las principales devociones de Santa Olalla. Todas las imágenes fueron tomadas a mediados del siglo XX y llevan incorporado el texto con el titular de la estampa.

En primer lugar, encontramos tres versiones de la Patrona de Santa Olalla, la Virgen de la Piedad: dos idénticas pero de distinto tamaño y una tercera, fechada en 1965, que muestra un rudo fotomontaje de la Virgen con la nueva corona que se estrenaría ese mismo año. Esta estampa se editó en mayo de 1965 con motivo del Centenario de la Novena y del acto de entrega de dicha corona. Según hemos podido comprobar en una de las estampas conservadas, fue impresa en la Imprenta Moderna de Torrijos.

En segundo lugar, está representado el Patrón de Santa Olalla, el Santísimo Cristo de la Caridad.

Y por último, la colección incluye la venerada imagen de San Blas.

Aportamos fotografías individuales de los clichés y su versión positivada para conocer su aspecto final. Todas estas estampas tuvieron una amplísima difusión en su momento en Santa Olalla.










domingo, 3 de agosto de 2025

Vitrina Cero - Punta de lanza de hierro


Punta de lanza de hierro

Punta de lanza de hierro, con hoja foliácea de doble filo, alargada y estrecha, con discreto nervio central y cubo de enmangue. Pieza posiblemente romana o altomedieval.

Esta punta de lanza habría sido utilizada como arma ofensiva, ya fuera en contextos militares, de caza o incluso como parte del ajuar funerario de un guerrero.

Número de inventario: SO/21

Datación: Siglo I

Contexto histórico: Etapa romana

Materia: Hierro

Técnica: Forjado

Origen: Colección González-Castrejón

Bibliografía: Josué López Muñoz y Francisco Javier de Fuentes Fernández http://ceres.mcu